El pasado fin de semana 10 y 11 de julio fue un fin de semana a puro deporte. Los amantes del deporte estuvieron de parabienes 🥳.
Se jugó en un sólo fin de semana, la final de la EuroCopa, la final de la Copa América (ambos eventos, de fútbol), y se jugó la final de Wimbledon.
En todos esos eventos había mucho en juego. Eran de esos duelos en los que los fans ponen la alarma a cualquier hora para levantarse ⏰ y ver a sus ídolos, o a los representantes de su país, en los que se juntan con amigos para ver el partido o en los que se cancela cualquier tipo de otro plan para estar presentes frente a la pantalla en el momento de las definiciones.
Estamos contando las horas para que llegue el momento, miramos las noticias, nos preparamos horas antes, no queremos que nos falte nada a la hora de que empiece el partido, para no tener que movernos de frente al televisor.
También, para los supersticiosos (o demás precavidos), es el momento de respetar todas las cábalas. Mirar el partido en el mismo lugar, con la misma gente, con la misma ropa. Si hay que ir al baño, hacerlo en el mismo momento en que fuimos en el partido anterior, y así, una lista interminable de acciones que deben repetirse para no poner en riesgo un resultado favorable.
En otras épocas, inclusive, los más fanáticos y aquellos que tienen la posibilidad, dan cualquier cosa para poder estar físicamente presentes en esos acontecimientos. Se viaja a donde sea con tal de estar ahí.
Todo eso se sentía este último fin de semana para muchísima gente.
La final de la #EuroCopa era disputada por Inglaterra e Italia. Inglaterra buscaba ganarla por primera vez en su historia e Italia buscaba ganarla después de que se le negara en los últimos 53 años. 😵 Qué partido!!!
En América no era muy distinta la situación. Jugaban la final Argentina y Brasil, una vez más. El clásico más importante de Sudamérica. Argentina y algunos de sus jugadores, incluido Messi, considerado el mejor jugador del mundo y hasta por muchos, el mejor de todos los tiempos, nunca había ganado un título con la Selección mayor de su país y había perdido 4 finales, incluyendo la del mundial en Brasil en 2014. Para darle más emoción al partido, esta final, también se jugaba en Brasil.
Brasil también buscaba desquitarse en casa de esa derrota dolorosa del 2014 frente a Alemania por 7-1. También buscaría descontar distancia con respecto a Argentina y Uruguay como los más ganadores de América.
Por el lado del tenis 🎾, el partido final de la rama masculina, no era menos histórico.
Matteo Berrettini, el italiano, enfrentaba a Novak Djokovic, de Serbia, con una final en la que también había mucho en juego.
Berrettini, buscaba convertirse en el primer tenista italiano en coronarse campeón en el All England, mientras que Djokovic buscaba igualar en 20 a Federer y Nadal como máximo ganador de torneos de Grand Slam en la historia del tenis. Esto ya de por sí era mucho para la final, aunque para Djokovic había más que eso en juego.
Qué fin de semana para los amantes del deporte!!!!
El mensaje de esta reflexión tiene que ver con la presión.
Si los amantes del deporte, los fans, son capaces de todo eso que mencionamos más arriba para ver esos partidos, esperando un triunfo. Si se ponen nerviosos frente al televisor, e inclusive algunos antes no pueden dormir, ni comer, o después salen a festejar dando rienda suelta a una enorme emoción contenida, que queda para los protagonistas???
Todo eso se transforma en PRESIÓN. Imaginen a los protagonistas antes de esos partidos.
Quién tiene la presión? Inglaterra quien nunca ganó la copa o Italia que busca ganarla después de 53 años? Sin embargo estos jugadores no son los que no han ganado durante tiempo. Eso hace que la presión no sea de ellos?
Messi, que ha ganado todo con el Barcelona, que está acostumbrado a ganar, debería no sentir presión en estos partidos?
Brasil, que juega de local o Argentina, que juega de visitante, deberían tener más presión? Jugar de local ayuda o juega en contra?
Djokovic, con más experiencia y como favorito para ganar la final, debería estar más tranquilo? O eso lo debería presionar? Berrettini, jugando ante uno de los mejores de la historia y en principio sin nada que perder, debería estar más tranquilo o más presionado por jugar por primera vez una final de Grand Slam?
En definitiva, quiero que nos preguntemos, qué es la PRESIÓN?
Si no sabemos lo que es difícilmente podamos manejarla. Si semejantes profesionales sienten presión, por qué no deberíamos de sentirla cualquiera de nosotros?
La presión es algo que sólo se siente en una competencia deportiva o es algo a lo que nos enfrentamos también en la vida cotidiana?
Esperamos sus comentarios para juntos llegar a conclusiones que nos permitan manejar mejor esa mochila que en algún momento todos sentimos: la PRESIÓN.